Por: Carla Díaz Katsicas
Descubrí Montequilla buscando un pastel para celebrar el primer cumpleaños de mi hijo y desde ese entonces hasta el día hasta hoy, no dejo asombrarme con las maravillas hechas por Mónica Gómez. La fundadora de la que es una de las marcas más reconocidas en repostería en la actualidad, se caracteriza por siempre divertirse al planear o ejecutar sus creaciones, mismas que considera la mejor excusa para celebrar.
Montequilla nace después de que Mónica regresó de Canadá, país en el que se especializó en repostería. A pesar de haber estudiado primero una licenciatura en Diseño Gráfico, su gusto por decorar y diseñar pasteles comenzó a desarrollarse desde la infancia. Ahora, Gómez es experta en hacer de la repostería artesanal algo único e increíble para la vista, pero aún más al momento de la degustación. La marca hace pasteles para todo tipo de ocasión –desde un pequeño cumpleaños hasta tu comida de amigas, boda, despedida, bautizo, gender reveal, evento corporativo o primera comunión–. Cada una de sus piezas es completamente personalizada y hecha especialmente para el cliente que la solicita. “Me encanta que la gente me diga sus ideas y sentir ‘uff a ver como le hacemos para lograrlo’”, confesó al preguntarle por los diseños customizados.
Sobre crear el equilibrio entre el diseño y el sabor, Mónica cuenta que su primera receta para el interior fue el panqué de vainilla, misma que desarrolló inspirándose en una fórmula que aprendió en Canadá. Por otra parte, el relleno está hecho a base de queso crema para después incorporar sabores como Nutella, Oreo, fresa o dulce de leche. Su última propuesta es el panqué de chocolate y cada base en un principio se hacía en su taller pero actualmente es realizada por un externo para de esa forma poder agilizar el tema de producción.
“Nuestros pasteles, al ser personalizados, terminan siendo el centro de atención”, reveló Mónica al preguntarle por qué sus propuestas son ideales para sorprender durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. “Por el detalle, por el nivel de personalización, por el diseño y porque al final es distinto a un postre tradicional, son ideales para lograr el ‘wow’ en una cena”. Para ella, los detalles son lo más importante y para lograrlo toma en cuenta desde las aplicaciones, la réplica de las figuras o similitud con las personas hasta la combinación de colores y el fondo. Todo debe llevar cierta armonía para que al final luzca bien. “El pastel se va dando solito. Muchas veces me piden si puedo darles alguna referencia pero por lo general no lo hago ya que prácticamente lo vamos diseñando a la hora de hacerlo. Al final, creamos cosas a nuestro gusto, esperando que les guste a los demás”. Sobre las características de los pasteles artesanales, Mónica nos dijo que en primer lugar son elaborados, conllevan mucha dedicación y cada uno de ellos está hecho con amor, con ganas de crear algo bonito o especial, que sea único.
Aunque Mónica aún no imparte workshops –ya que el lugar en el que se encuentra es pequeño y trabaja de lunes a sábado– estos sí se encuentran dentro de sus planes ya que está próxima a moverse a un espacio en el que se puedan realizar. ¿Montequilla tendrá novedades en diciembre? Sí, cada pastel sorprenderá a su equipo y a quien lo solicite, para convertirse en un regalo inolvidable.
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